Una rana, posada al borde de un estanque, contemplaba a dos toros que se embestían mutuamente en un prado cercano.
- ¡Mirad que riña tan tremenda! - dijo a una compañera -. ¿Qué sería de nosotras si animales tan corpulentos vinieran por aquí?
- No os asustéis -respondió la otra -. ¿Qué nos importan las riñas de esas bestias? Además, esos animales no son de nuestra clase.
- Cierto es - replicó la primera -, pero yo pienso que el vencedor buscará refugio por estos lugares, y entonces podría aplastarnos con su enorme peso si no tomamos las debidas precauciones. Ya ves, amiga mía, que no sin razón me preocupa la contienda.
Moraleja: Cuando los poderosos riñen entre sí,los débiles sufren las consecuencias.
0 comentarios:
Publicar un comentario