Bibí, un jumento de Asnolandia, cierta vez se vistió con la piel de un león que encontró en el camino. Los animales se asustaron al verlo y huyeron de su presencia, de suerte que el espanto se apodero de toda la comarca.
Feliz nuestro asno bibí de saberse temido y respetado, paseábase campante por los prados y montes. Su amo, echándole de menos, fue en su busca; mas al encontrar al león tan original se asustó sobremanera, no quedando otro recurso que correr.
Poco tiempo después, al reparar el amo de las descomunales orejas que asomaban por debajo de la piel del león, se dio cuenta de la farsa; se le acerco, le quito el disfraz y lo molió a palos.
Moraleja: Si el ignorante intenta mostrarse sabio pronto asoma las orejas de borrico.
Feliz nuestro asno bibí de saberse temido y respetado, paseábase campante por los prados y montes. Su amo, echándole de menos, fue en su busca; mas al encontrar al león tan original se asustó sobremanera, no quedando otro recurso que correr.
Poco tiempo después, al reparar el amo de las descomunales orejas que asomaban por debajo de la piel del león, se dio cuenta de la farsa; se le acerco, le quito el disfraz y lo molió a palos.
Moraleja: Si el ignorante intenta mostrarse sabio pronto asoma las orejas de borrico.
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