Cuéntese que en una mísera choza, a orillas de un rio amazónico, vivía feliz un hombre con su mujer y tres hijos, todavía pequeños, siendo el menor de ellos una mujercita.
La madre enfermo gravemente y al cabo de unos días murió, dejando un gran vacío en su hogar.
Con el correr del tiempo el recuerdo de la muerte se fue borrando y otra mujer vino a remplazarla junto a sus hijos, no como madre desinteresada y amante si o como mujer mezquina y perversa, que llevada por instintos malos y pretextos para la imposibilidad de alimentarlos les obligo a internarse por una trocha hasta dejarles en lo más intrincado de la selva. Los tres niños caminaron, incansables, desgarrándose en la maleza y comiendo una que otra raíz o fruta que encontraba el mayor de los tres.
Llego un día en que desnud
![El Ayaymaman](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTndxds96S_a8EYDZLKX56WFBCPkiAZ78eQFsQS11R11S6-MiOQix3o7ra0np0-H_2-fBB0GPStfjCbxcaC9h6nNl2yFVl4iqis2HflwRYTFXiNChuHUvcBLtSmjRwkLGLf24kzYknOik/s320/DSC08201.JPG)
os, enflaquecidos y hambrientos, se hallaban llorosos, oyendo los rumores del viento en las altas copas de los árboles, mientras la oscuridad se hacía más intensa y la selva parecía sacudida por los gritos desaforados de millares de grillos, cuando notaron algo raro en sus cuerpecitos, ya no sentían tanto el frio y cuando caminaban parecía rozar apenas en la hojarasca. Cuál no sería su sorpresa al verse con plumas y unas pequeñas alas que de día en día fueron creciendo al mismo tiempo que se les desaparecía sus manos y los pies.
No pasaron mucho días que convertidos en pájaros volaban inseparables por la selva en busca de alimento; hasta que una tarde exhaustos, fueron a posarse en las ramas de un cético, desde donde distinguieron la chacra de su padre. Deseosos por darse a conocer volaron hasta una retama en el preciso instante en que salía de la casa la mujer, la que al ver la forma extraña de los pájaros y comprendiendo que eran los niños, que ella había arrojado a la selva, cogió al que se encontraba más cerca y le corto la cabeza.
Los otros dos se fueron volando y es desde entonces que en las noches de luna, cuando todos están tranquilo, se oye, rompiendo el silencio un canto lastimero.
La madre enfermo gravemente y al cabo de unos días murió, dejando un gran vacío en su hogar.
Con el correr del tiempo el recuerdo de la muerte se fue borrando y otra mujer vino a remplazarla junto a sus hijos, no como madre desinteresada y amante si o como mujer mezquina y perversa, que llevada por instintos malos y pretextos para la imposibilidad de alimentarlos les obligo a internarse por una trocha hasta dejarles en lo más intrincado de la selva. Los tres niños caminaron, incansables, desgarrándose en la maleza y comiendo una que otra raíz o fruta que encontraba el mayor de los tres.
Llego un día en que desnud
No pasaron mucho días que convertidos en pájaros volaban inseparables por la selva en busca de alimento; hasta que una tarde exhaustos, fueron a posarse en las ramas de un cético, desde donde distinguieron la chacra de su padre. Deseosos por darse a conocer volaron hasta una retama en el preciso instante en que salía de la casa la mujer, la que al ver la forma extraña de los pájaros y comprendiendo que eran los niños, que ella había arrojado a la selva, cogió al que se encontraba más cerca y le corto la cabeza.
Los otros dos se fueron volando y es desde entonces que en las noches de luna, cuando todos están tranquilo, se oye, rompiendo el silencio un canto lastimero.
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