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Hola queridos amigos, este blog esta hecho para la gente que guste de los cuentos de la selva, con sus misterios, constumbres y mantener el incólume estusiasmo que caracteriza a cada pueblo y cada ciudad, el proposito exclusivo es ilustrar una enseñanza moral, ejemplar y difundir la literatura amazónica, aqui les dejo una recopilacion de los cuentos de mi ciudad y de la mayoria de la selva amazonica.

viernes, 20 de agosto de 2010

La Isula

Todos los animales terrestres, a excepción del oso hormiguero, se estremecían al solo verla, no solo por su temible ponzoña, sino que, al acercársela, sentían repugnancia por su peculiar olor. Ella, inocente sabia a la vez, nunca había tenido la osadía de morder la lengua de un oso. Hambriento, el animal raspaba la superficie del nido de la isula con la intención de embravecerla; una vez pegada en su flechada lengua me metía en el hueco, él podría saciar
La Isula
su apetito voraz. El villano nunca mostraba una mueca de dolor por los cientos de pinchazos que le proporcionaba sus paisanas.
Muchas veces, la isula tuvo que emplear su temible arma cuando se encontró en peligro de ser aplastada por alguna animal. ¿No se contaba que, un dia, cuando trepo una hoja de chiric sanango, cayó sobre su espalda de un brujo que cogia esa purga? Al sentirse en peligro, la isula hinco su falta aguijon entre los pelos de la cabeza casi calva. El brujo desesperado lanzo un manotazo y se filtró sin dirección en los árboles, dando quejidos lastimeros. La isula sintió un leve ardor. Cuando se quiso parar, se dio cuenta de que su cuerpo se inclinaba. Había perdido una pata.
Ahora estaba vieja, muy vieja; ansiaba descansar eternamente pero poniéndose al servicio del hombre. Sus patas incompletas apenas sostenían, pero ella seguía avanzando. Épicamente logro levantar la cabeza y, a escasos metros de allí, diviso una imponente quinilla. Al llegar a ella empezó a treparse trepo y trepo pero sus patas flaqueaban de debilidad. Trepo unos pasos más pero se desplomo sobre la corteza del árbol. Casi inconsciente la isula introdujo sus peludas patas en la corteza y murió.

A pocos meses de aquel cuerpo de la isula creció una planta tipo soga que los hogareños utilizan para amarrar su leña o alguna otra cosa ellos lo llaman el tamishi.

Entonces un indio pasaba por ahí y utilizo el tamishi para fabricar una casa improvisada. Que todo ello fue gracias a la bondadosa isula.

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