Bienvenidos

Hola queridos amigos, este blog esta hecho para la gente que guste de los cuentos de la selva, con sus misterios, constumbres y mantener el incólume estusiasmo que caracteriza a cada pueblo y cada ciudad, el proposito exclusivo es ilustrar una enseñanza moral, ejemplar y difundir la literatura amazónica, aqui les dejo una recopilacion de los cuentos de mi ciudad y de la mayoria de la selva amazonica.

martes, 24 de agosto de 2010

La Abeja y la Paloma

Fabulas

Cierto dia muy caluroso,una paloma se detuvo a descansar sobre la rama de un arbol,al lado del cual discurria un limpido arroyuelo. De repente,una abejita se acerco a beber,pero la pobrecita estuvo a punto de perecer arrastrada por la corriente. Al verla en tal aprieto la paloma,volo hacia ella y la saco con el pico. Mas tarde,un cazador diviso a la paloma y se puso a darle muerte. En aquel mismo instante acudio presurosa la abeja y,para salvar a su bienhechora,clavo su aguijon en la mano del hombre. El dolor hizo que el cazador sacudiese el brazo y fallara el tiro,con lo que se salvo la linda y blanca palomita. Haz a los otros lo que quisieras que ellos tambien hiciesen por ti.


Moraleja: Haz a los otros lo que quisieras que ellos tambien hiciesen por ti.

La Cabra y el Asno

cuentos para niños

Una cabra y un asno comían al mismo tiempo en el establo. La cabra empezó a envidiar al asno porque creía que él estaba mejor alimentado, y le dijo:
- Entre la noria y la carga, tu vida sí que es un tormento inacabable. Finge un ataque y déjate caer en un foso para que te den unas vacaciones.

Tomó el asno el consejo, y dejándose caer se lastimó todo el cuerpo. Viéndolo el amo, llamó al veterinario y le pidió un remedio para el pobre.

Prescribió el curandero que necesitaba una infusión con el pulmón de una cabra, pues era muy efectivo para devolver el vigor. Para ello entonces degollaron a la cabra y así curar al asno.

Moraleja: No agues de otros , lo que no quieres que aguen contigo.

lunes, 23 de agosto de 2010

La Serpiente y la Lima

Fabula

Cierto día una serpiente, introduciendo furtivamente en el taller de un herrero, se puso a morder una lima de templado acero.

Despues de un rato, su lengua, despedazaba por tan loco intento, sangraba que daba compasion. Mas la serpiente que creyendo que conseguiria pulverizar al metal, seguia destrozando su lengua.

Entonces la lima, compadecida de la serpiente, le dijo: - ¡Insensata, el mal te lo haces a ti misma! ¿ como crees hacer daño a quien puede hacer polvos al metal?

Moraleja: Quien pretende al mas fuerte derribar no consigue si no su propia ruina.

La Zorra el Perro y el Corderito

La Zorra el Perro y el Corderito

Penetró una zorra en un rebaño de corderos, y arrimando a su pecho a un pequeño corderillo, fingió acariciarle.

Llegó un perro de los que cuidaban el rebaño y le preguntó:

-- ¿Qué estás haciendo ?
-- Le acaricio y juego con él -- contestó con cara de inocencia.
-- ¡ Pues suéltalo enseguida, si no quieres conocer mis mejores caricias !

Moraleja: Quien aconstumbra al engaño el mismo labra su daño.

El León y el Ciervo

El León y el Ciervo

Un Ciervo perseguido por unos perros al verse casi alcanzado por ellos corrió a esconderse en una cueva.

Pero apenas hubo entrado en ella salio del fondo un león, que se abalanzó sobre el desgraciado y lo despedazó entre sus garras.

-Infeliz de mi_ exclamó el ciervo al morir - , que, entrando en esta cueva para huir de unos perros, he caido en las garras de un león.

Moraleja: Entre otros peligros graves escoge siempre el menor.

Las Ranas y los Toros

Las Ranas y los Toros

Una rana, posada al borde de un estanque, contemplaba a dos toros que se embestían mutuamente en un prado cercano.

- ¡Mirad que riña tan tremenda! - dijo a una compañera -. ¿Qué sería de nosotras si animales tan corpulentos vinieran por aquí?

- No os asustéis -respondió la otra -. ¿Qué nos importan las riñas de esas bestias? Además, esos animales no son de nuestra clase.

- Cierto es - replicó la primera -, pero yo pienso que el vencedor buscará refugio por estos lugares, y entonces podría aplastarnos con su enorme peso si no tomamos las debidas precauciones. Ya ves, amiga mía, que no sin razón me preocupa la contienda.

Moraleja: Cuando los poderosos riñen entre sí,los débiles sufren las consecuencias.

El Criado Negro

El Criado Negro

Tomó cierto sujeto un criado negro, y como era la primera vez que veía a un hombre de tal color, creyó que aquel tinte era falta de limpieza.

-Metedlo en una cuba llena de agua -dijo el amo a los otros criados- y lavadle y restregadle fuerte hasta que se ponga blanco.

Los domésticos pusieron manos a la obra. Enjabonaron, frotaron y enjuagaron mil veces al negro, mas todo en vano. El desgraciado acabó por coger una enfermedad y murió.

Moraleja: La ignorancia puede hacernos intentar disparates.

La Gallina de Huevos de Oro

La Gallina de Huevos de Oro

Había en un corral una gallina que ponia huevos de oro.

Su dueño, que todas las mañana vendia y a un buen precio, se dijo:

Si los huevos de la gallina son de oro, las entrañas, donde se forman, deben contener oro en abundancia.

Mató a la gallina creyendo hacerse rico en poco tiempo; pero, al ver que las entrañas eran como las de todas las gallinas, comprendió que había cometido un error.

Moraleja-1-: Cuantas veces nuestra ignorante curiosidad nos mata la felicidad.

Moraleja-2-: Nunca destruyas, por ninguna razón, lo que buenamente haz adquirido y te está proveyendo de bienestar.

La Lechuza y las Palomas


Habiendo llegado a oidos de una lechuza, se enteró de que en cierto palomar vivían muy bien alimentadas unas palomas. Se pintó de blanco para disfrazarse y se mezcló con ellas.
Las palomas no reconocieron a la intrusa, mientras estuvo sin abrir el pico; pero un día que olvidó cuál era su papel, chilló como lechuza que era y las palomas la echaron a picotazos del palomar.

Desconcertada, regresó a la torre de la iglesia donde vivía, pero sus compañeras no la conocieron por aquel plumaje extraño, y la echaron de su lado. Así la pobre lechuza perdió hasta su propio refugio.

Moraleja: Quien su bien usurpa al dueño,no espere tranquilo sueño.

El Perro y su Imagen

El Perro y su Imagen

Cierto perro cogió entre sus dientes un gran pedazo de carne. "'¡Qué magnífico!", se dijo el incauto animal. "Lo llevaré a casa y allí lo comeré a mi regalado gusto".

En el camino cruzó un arroyuelo, cuyas cristalinas aguas reflejaron su imagen, y le hicieron ver ingenuamente a otro perro con una presa más grande en el hocico.

Como el animal tenía hambre, abrió la boca y se zambulló en el agua para coger el pedazo del otro perro. Mas, ¡oh desencanto!, se sumergió hasta el fondo y no encontró a su rival.

Entonces se dio cuenta, aunque tarde, de que su gula le había costado la pérdida de su propia presa.

Moraleja: Más vale pájaro en mano que ciento volando.

El Cabrito y el Lobo

El Cabrito y el Lobo

Al salir la cabra de su establo encargó a su hijo el cuidado de la casa, advirtiéndole el peligro de los animales que rondaban por los alrededores con intención de entrar a los establos y devorar los ganados.

No tardó mucho en llegar el enemigo: ¡Un lobo horrible, amiguitos míos, un lobo!, que imitando la voz de cabra llamó cortésmente a la puerta para entrar.

Al mirar el cabrito por una rendija vio al feroz carnicero y, sin intimidarse le dirigió el siguiente discurso:- Bien sé que eres nuestro mayor adversario y que, imitando la voz de mi madre, pretendes entrar para devorarme. Puedes marcharte, odiado animal, que no seré yo quien te abra la puerta.

Moraleja: Sigue el consejo de tus padresy vivirás feliz toda la vida.

El Hombre y la Hormiga

El Hombre y la Hormiga

Al hundirse una nave con todos sus pasajeros un hombre, que presencio el naufragio desde la orilla, dijo para si:

Que injusto es el castigo del cielo, pues, por vengar a un solo pecador, ha hecho sucumbir a numerosos inocentes.

Mientras así pensaba una hormiga le pico la pierna y el, para vengarse de ella, lo extermino a todas las demás que por allí habían.

Al poco rato se le presento un ángel y tocándole el hombro le interrogo de esta manera: ¿Aceptarás, ahora, que el cielo juzgue a los hombres como tú a las hormigas?

Moraleja-1-: No reniegues de Dios en la desgracia ni juzgar sus designios pretendas.

Moraleja-2-: Antes de juzgar el actuar ajeno, juzga primero el tuyo.

El Ciego

El Ciego

Poseía un ciego el don de reconocer por el tacto a cuanto animal se le acercaba y era tal su destreza que aun podía decir a que especie pertenecía.

Cierto día, sus amigos le presentaron un lobezno para probar sus destreza. Acto seguido, el ciego palpo al animal y, permaneciendo un instante vacilante dijo al fin:

No puedo adivinar, pero creo que se trata de un lobezno, de una zorra o de otro animal parecido; con todo, puedo asegurar que no ha nacido el muy villano para convivir en un rebaño de corderos.

Moraleja: Al malvado se lo conoce a la legua.

El Asno Vestido con Piel de León

El Asno Vestido con Piel de León

Bibí, un jumento de Asnolandia, cierta vez se vistió con la piel de un león que encontró en el camino. Los animales se asustaron al verlo y huyeron de su presencia, de suerte que el espanto se apodero de toda la comarca.

Feliz nuestro asno bibí de saberse temido y respetado, paseábase campante por los prados y montes. Su amo, echándole de menos, fue en su busca; mas al encontrar al león tan original se asustó sobremanera, no quedando otro recurso que correr.

Poco tiempo después, al reparar el amo de las descomunales orejas que asomaban por debajo de la piel del león, se dio cuenta de la farsa; se le acerco, le quito el disfraz y lo molió a palos.

Moraleja: Si el ignorante intenta mostrarse sabio pronto asoma las orejas de borrico.

viernes, 20 de agosto de 2010

Las Gallinas Gordas y Flacas



Las Gallinas Gordas y Flacas

Vivían en una granja varias gallinas, unas gordas y bien cebadas y otras por el contrario, flacas y desmedradas. Las gallinas gordas, orgullosas de su buena facha, se burlaban de las flacas y las insultaban llamándolas huesudas, muertas de hambre, etc., etc. El cocinero de aquella granja tenía que preparar algunos platos para el banquete de Año Nuevo. Bajó al gallinero y eligió las mejores que allí había. La elección no fue difícil. Entonces, viendo las gallinas gordas su fatal destino, envidiaron la mejor suerte de sus compañeras flacas y esqueléticas.

Moraleja:No despreciemos jamás a los débiles; quizá tengan mejor suerte que nosotros.

El León y la Cabra

El León y la Cabra

Un león hambriento, viendo que no le era fácil subir a los riscos en que pacía una cabra, se fue acercando poco a poco.

Pronto se dio cuenta que le sería imposible llegar hasta la cabrita y, entonces, le dirigió cariñosas frases invitándola a pasear juntos por la fresca y aromática hierba de la pradera.

- ¡Deja esas peñas estériles, le decía, y baja a los prados donde yo habito, amiga mía!
- Tienes razón, contesto la cabra, así lo haré con mucho gusto, pero cuando estés muy lejos de estos lares.

Moraleja: Nunca escuches del enemigo el consejo, si no quieres sufrir amargos desengaños.

Fabula:El Asno y el Lobo

El Asno y el Lobo



Un asno, al ver que se acercaba un lobo y no podía escapar del enemigo tan temido, simuló encontrarse cojo.
Acercándose el lobo, le preguntó la causa de su cojera. El asno respondió que al saltar un cerco se le había introducido una espina y que prefería morir antes que seguir soportando dolor tan agudo.
-Quítame, por favor, esta espina, señor lobo, y devóreme cuando guste, sin miedo a lastimarse la boca.
El lobo se dejó convencer mansamente, pero, al levantar la pata del borrico para examinarla atentamente, recibió tan terrible coz que se quedó sin un sólo diente.
El lobo mal herido, llorando su desventura, dijo:
- Bien merecido lo tengo, porque siendo mi oficio de carnicero, ¿Cómo se me ocurrió hacer de curandero?

Moraleja: Hablemos con razón: No tiene juicio, quien deja el propio por ajeno oficio.

Fabula: El Picaflor Enamorado

El pequeño y vivas picaflor se hallaba enamorado de la alta e impávida cigüeña. Pero inútilmente. La cigüeña desdeñaba sus requerimientos. El picaflor insistió que, al fin la cigüeña lo propuso:
El Picaflor EnamoradoMuy bien, nos casaremos si tú me ganas la carrera. Atravesaremos el río amazonas: si tú llegas primero a la otra orilla, nos cas
aremos: si llego yo, desapareces de mi presencia.
El picaflor acepto regocijado, pues estaba seguro de ganar. El picaflor vuela muy ligero y la cigüeña lentamente.
Se inició la carrera…
El picaflor tomo la delantera, pero al llegar a la mitad del ancho río, sus alas ya no respondían a sus deseos de seguir volando.
La fatiga lo dominaba a tal punto que, no pudiendo seguir, intento volver para atrás. Pero eso ya era imposible.
Entonces sin voluntad para nada, el picaflor se dejó caer lentamente al agua. Y quedo flotando.
En ese mismo instante apareció la cigüeña y aproximándose a él le dijo:
¡Tómate de mis patas! Así lo hizo el picaflor y la cigüeña, con tanta lentitud como seguridad, continúo volando hasta llegar a la otra orilla.

Moraleja: El amor debe ser lento y seguro; lento y seguro con el volar de la cigüeña.

Cuento: El Ayaymaman

Cuéntese que en una mísera choza, a orillas de un rio amazónico, vivía feliz un hombre con su mujer y tres hijos, todavía pequeños, siendo el menor de ellos una mujercita.
La madre enfermo gravemente y al cabo de unos días murió, dejando un gran vacío en su hogar.
Con el correr del tiempo el recuerdo de la muerte se fue borrando y otra mujer vino a remplazarla junto a sus hijos, no como madre desinteresada y amante si o como mujer mezquina y perversa, que llevada por instintos malos y pretextos para la imposibilidad de alimentarlos les obligo a internarse por una trocha hasta dejarles en lo más intrincado de la selva. Los tres niños caminaron, incansables, desgarrándose en la maleza y comiendo una que otra raíz o fruta que encontraba el mayor de los tres.
Llego un día en que desnud

El Ayaymaman
os, enflaquecidos y hambrientos, se hallaban llorosos, oyendo los rumores del viento en las altas copas de los árboles, mientras la oscuridad se hacía más intensa y la selva parecía sacudida por los gritos desaforados de millares de grillos, cuando notaron algo raro en sus cuerpecitos, ya no sentían tanto el frio y cuando caminaban parecía rozar apenas en la hojarasca. Cuál no sería su sorpresa al verse con plumas y unas pequeñas alas que de día en día fueron creciendo al mismo tiempo que se les desaparecía sus manos y los pies.

No pasaron mucho días que convertidos en pájaros volaban inseparables por la selva en busca de alimento; hasta que una tarde exhaustos, fueron a posarse en las ramas de un cético, desde donde distinguieron la chacra de su padre. Deseosos por darse a conocer volaron hasta una retama en el preciso instante en que salía de la casa la mujer, la que al ver la forma extraña de los pájaros y comprendiendo que eran los niños, que ella había arrojado a la selva, cogió al que se encontraba más cerca y le corto la cabeza.
Los otros dos se fueron volando y es desde entonces que en las noches de luna, cuando todos están tranquilo, se oye, rompiendo el silencio un canto lastimero.

La Isula

Todos los animales terrestres, a excepción del oso hormiguero, se estremecían al solo verla, no solo por su temible ponzoña, sino que, al acercársela, sentían repugnancia por su peculiar olor. Ella, inocente sabia a la vez, nunca había tenido la osadía de morder la lengua de un oso. Hambriento, el animal raspaba la superficie del nido de la isula con la intención de embravecerla; una vez pegada en su flechada lengua me metía en el hueco, él podría saciar
La Isula
su apetito voraz. El villano nunca mostraba una mueca de dolor por los cientos de pinchazos que le proporcionaba sus paisanas.
Muchas veces, la isula tuvo que emplear su temible arma cuando se encontró en peligro de ser aplastada por alguna animal. ¿No se contaba que, un dia, cuando trepo una hoja de chiric sanango, cayó sobre su espalda de un brujo que cogia esa purga? Al sentirse en peligro, la isula hinco su falta aguijon entre los pelos de la cabeza casi calva. El brujo desesperado lanzo un manotazo y se filtró sin dirección en los árboles, dando quejidos lastimeros. La isula sintió un leve ardor. Cuando se quiso parar, se dio cuenta de que su cuerpo se inclinaba. Había perdido una pata.
Ahora estaba vieja, muy vieja; ansiaba descansar eternamente pero poniéndose al servicio del hombre. Sus patas incompletas apenas sostenían, pero ella seguía avanzando. Épicamente logro levantar la cabeza y, a escasos metros de allí, diviso una imponente quinilla. Al llegar a ella empezó a treparse trepo y trepo pero sus patas flaqueaban de debilidad. Trepo unos pasos más pero se desplomo sobre la corteza del árbol. Casi inconsciente la isula introdujo sus peludas patas en la corteza y murió.

A pocos meses de aquel cuerpo de la isula creció una planta tipo soga que los hogareños utilizan para amarrar su leña o alguna otra cosa ellos lo llaman el tamishi.

Entonces un indio pasaba por ahí y utilizo el tamishi para fabricar una casa improvisada. Que todo ello fue gracias a la bondadosa isula.

La Cerbatana

La cerbatana es una arma que usan los indios para cazar. Este instrumento esta formado de dos palos de chonta calados longitudinalmente juntados para formar un tubo largo de cerca de tres varas. Al interior de
La Cerbatana
este tubo deber ser muy liso para que las pequeñas flechas o virotes, salgan con facilidad. Después de juntados estos dos canales, se amarran con corteza de árbol o con un cordel de algodón y se cubren de una cera negra para que no haya ninguna salida de aire. A una extremidad de ese tubo propiamente llamado cerbatana o pucuna.


Otra parte que sirve para el uso de este instrumento toma el nombre de “cargajo”, y se compone de un pequeño “tutumo” con un agujero. Este tutumo se llena de la materia algodonosa que envuelve a la semilla de los bombax, la que es llamada “huimba”. Amarrado a este tutumo, se halla un pedazo de una gruesa caña, del diámetro de cerca de dos pulgadas, y que partes que contiene pequeñas flechas o virotes envenedados. Estas dos partes que forman el cargajo. Están provistas de una pequeña cinta que sirve para cargarlas al cuello.
Cuando se quiere matar a un ave o un cuadrúpedo cualquiera, se toma la cerbatana en la mano. Se aplica la boca entre la salida de un extremo de la cerbatana y se sopla apuntando con el otro extremo al objetivo. El virote sale con fuerza y puede alcanzar larga distancia.

jueves, 19 de agosto de 2010

Cuentos Amazónicos

Hola queridos amigos, este blog esta hecha para la gente que guste de los cuentos de la selva, con sus misterios, constumbres y mantener el incólume estusiasmo que caracteriza a cada pueblo y cada ciudad, el proposito exclusivo es ilustrar una enseñanza moral, ejemplar y difundir la literatura amazónica, aqui les dejo una recopilacion de los cuentos de mi ciudad y de la mayoria de la selva amazonica.


EL VUELO DE LAS GARZAS


Como todas las tardes por los cielos de la selva, una bandada de garzas volaba sobre el caudaloso rio. Iba desde las tierras más bajas hacia el lugar donde acostumbraba pasar la noche y llevaba ya volando muchas horas.
El sol, cual disco de juego, se ocultaba en el horizonte. Las garzas estaban cansadas de volar pero no se detenían y seguían adelante. Las adultas y fuertes encabezaban el grupo. Detrás volaban las más jóvenes y menos experimentadas. Una joven garza iba detrás de todas. Estaba cansada. Sus fuerzas disminuían. Hizo un esfuerzo para seguir batiendo las alas y se dio cuenta que no podía continuar volando. Entonces extendió las alas y se dejó llevar por el viento. Cada vez estaba más cerca del rio y sus hermanas se veían más lejos, como pequeños puntos bancos, envueltas en las primeras sombras de la noche.
La joven garza solo le quedaba posarse en la rama de un árbol. Desde allí veía como discurrían las aguas del gran rio entre una tupida vegetación.
La bandada de garzas era ya un minúsculo puntito en el horizonte que al instante se perdió definitivamente. La garza se acomodó en la rama donde se hallaba parada y cerró los ojos. Estando así y antes de quedarse dormida escucho como la corriente del rio producía un peculiar rumor al chocar contra la vegetación que crecía en sus orillas.
El suave y fresco viento matinal despertó al ave. Abrió los ojos y vio que el rio había mermado dejando al descubierto una gran playa. Aspiro profundamente, batió las alas, despego de la rama y empezó a volar donde habían ido sus hermanas.

 
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